viernes, 8 de junio de 2012

El campeon sale a flote

Seis años después de su adiós, el referente gijonés de pesca submarina, que aún se entrena cuatro veces por semana, sueña con volver a la competición


Campeón del mundo de pesca submarina en Perú en 1994, campeón de Europa-África, cuatro veces campeón de España y diecisiete veces de Asturias, además de subcampeón del Mundo en 1996 en Gijón, oro por equipos en 2000 en el Mundial de Tahití y plata por equipos en 2004 en Chile, también en el Mundial. Su brillante palmarés habla sin peros de la carrera de Pepe Viña (Gijón, 1962). Eso sí, aunque muchos aficionados le recuerdan, pocos saben qué ha sido de él.
Y es que Pepe hizo las maletas y abandonó Asturias hace 14 años. Se instaló en Murcia, concretamente en La Manga, donde reside en la actualidad. «Me fui por el mar y la meteorología porque este tipo de pesca, desde septiembre u octubre, se complica por los temporales, el agua está más turbia y hay oleaje», asegura Viña, que sigue pescando bajo el mar cuatro veces por semana, pero que dijo adiós al mundo de la competición en 2006.

Este verano cumple medio siglo de vida, pero se ve bien físicamente ya que nunca dejó de entrenar. El Mundial de 1994 llevó a este asturiano a lo más alto en la pesca submarina. «El año anterior me di cuenta que podía estar a la altura de los grandes porque me proclamé campeón de Europa en Portugal. Me quité un poco el complejo de por qué yo no podía ser uno de los grandes como Amengual», recuerda Viña. Nunca se imaginó entonces que, tan sólo un año después, subiría a lo más alto del podio internacional.

«Supuso un orgullo para mí llegar ahí arriba y sentirme arropado por mucha gente querida. Algo que sigo sintiendo. La gente me quiere y entiende que podía haber seguido así, pero las circunstancias...», reconoce. «Siento no haber seguido ahí», añade este pescador submarino.
¿Cuáles fueron esas circunstancias que le llevaron a abandonar la competición? «Vi el momento de parar, aunque yo me veía con fuerzas. Voy a hacer 50 años y me encuentro en forma. Mi experiencia en competición fue de muchos años y yo creo que hubiera aportado mucho más», insiste Viña. Esas circunstancias fueron, por un lado, la falta de apoyo económico y, por otro, una alta competición que cada vez exige más. «La selección de gente, tema de patrocinios, gastos. No puedes estar al 100% si no hay respaldo económico para viajar y pasar tiempo en la zona de competición», sentencia el asturiano.

Los patrocinios

Tras seis años apartado de los certámenes, no descarta participar en algún campeonato. Pero necesita un patrocinador. Pepe asegura que «lo contemplaría». «No desestimo nada porque yo me encuentro bien. La experiencia es un grado en este deporte», insiste, aunque no lo ve fácil por la crisis. Él, por sí solo, no puede hacer frente a los gastos.

Ahora se encuentra en el paro. Ayuda a su mujer Geli, que tiene una inmobiliaria en La Manga. Y además tiene una hija, de 20 años, que estudia en Alicante. Y todo ello dificulta estar en lo más alto de este deporte ante la falta de solvencia económica. En este sentido, Pepe lamenta que alguien que lleva a España a lo más alto en una disciplina deportiva, en este caso la pesca submarina, no reciba algún tipo de ayuda para seguir representando al país.

Tiene a su espalda 40 años de experiencia en la pesca submarina, 20 de ellos en la competición. Comenzó en este mundillo un verano en el puerto pesquero de Gijón cuando un aficionado llamado Carlos dejó su equipo a un adolescente Viña. «Me dio a probar un fusil de aire comprimido. Sólo llevaba puesto el bañador y, lógicamente, me hundí», recuerda Pepe.

A los 14 años compró su primer equipo y debutó en un Regional que tuvo lugar en el Cabo Peñas. Se clasificó primero y eso le animó a participar en el Campeonato de España en Mallorca. «Quedé muy mal. Era mi estreno y no tenía conocimiento de este mundillo. No llegaba al fondo», dice. «En Asturias bajábamos a 12 metros como mucho, allí la gente hasta 25 metros y soltaba pesos, tenía aletas largas y fusiles de repuesto... Yo iba con traje remendado, aletas cortas y un solo fusil. Así que me dije: 'hay que ponerse la pilas'», explica Pepe sobre 1987. Al año siguiente, ya no le cogió de novato.

Muchas anécdotas salpicaron la trayectoria del asturiano después de aquello. Llegó a pescar una barracuda gigante de 32 kilos y un atún de 44 kilos. ¿Su secreto? «Horas de entrenamiento, mucho esfuerzo y luchar siempre por lo máximo».
Poco que añadir al articulo, un pescador increible y mejor persona aun, tuve el gusto de conocerle el año pasado y solo puedo decir cosas buenas de el, un crack....gracias Pepe, Rey de l'espumeru


Salu2

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